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Análisis de arte sobre rocas reabre debate sobre los proto-israelitas

AUDIO - 4 minutos

Un nuevo estudio sobre milenario “arte” (dibujos y diseños) en el desierto de Neguev reabrió el debate sobre los proto-israelitas y sobre el éxodo de Egipto, proveyendo nuevas ideas sobre cómo se formó el pueblo de Israel antes de llegar a Canaán.

Según Yehuda Rotblum, del sitio Israelrockart.com, Israel habría comenzado en Neguev y no en Egipto. O por lo menos esa podría ser una posible interpretación de petroglifos hallados por arqueólogos en el desierto en la zona de Transjordania, una zona en la que, según los egipcios, vivían los “seguidores de Yahu” (que podría relacionarse con el nombre de Dios en hebreo).

Se debe aclarar que, entre las tribus de esa región, además de los proto-israelitas, estaban los madianitas, amalequitas y otras tribus. Dicho de otro modo, probablemente en el Neguev había una alianza de tribus, cada una con sus costumbres y con sus propios templos. Y como ese lugar estaba a unos 60 kilómetros de la capital de Egipto en ese momento, eso significa una distancia de tres días, como lo indica Éxodo 3:18.

La nueva teoría, entonces, indica que los proto-israelitas habrían tenido un templo en la zona de Neguev, a donde acudían en peregrinaje y como un lugar de reunión social. Dado que, según las escrituras hebreas, los encuentros de los israelitas con Dios suceden en varios lugares del desierto, eso podría significar, según la nueva teoría, que “Sinaí” no se refiere a una sola montaña, sino a un grupo de montañas en las que Dios aparecía a los israelitas.

En otras palabras, es posible que un grupo de pastores nómadas viviendo en el desierto al sur de Canaán comenzaron a usar imágenes sobre rocas (recientemente descubiertas) para expresar su alianza a una divinidad que luego se convertiría en la divinidad nacional de Israel.

Luego, unidas por esa divinidad, varias tribus migraron hasta Canaán y construyeron una memoria histórica colectiva sobre su pasado en el Neguev. Según el artículo mencionado, aún queda mucho por “descifrar” de los petroglifos en el Neguev.

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