Menu

Arqueología ofrece respuestas a la celebración de Sucot (Tabernáculos) hace 2000 años

Si bien no sobreviven rastros de las antiguas casetas (enramadas) que los judíos construían para celebrar la festividad de Sucot (Fiesta de los Tabernáculos), la arqueología proporciona ahora importante evidencia de la centralidad de ese festival. 

Hace unos 2000 años, cuando se acercaba la fiesta de Sucot, decenas de miles de judíos dejaban sus hogares en toda la Tierra de Israel e incluso más allá y comenzaban un viaje hacia Jerusalén. Allí se encontraban con una ciudad monumental y floreciente y participaban en lo que probablemente fue una de las experiencias religiosas más intensas de todo el Imperio Romano.

Los restos antiguos pueden no representar las mejores herramientas para identificar lo que estaba sucediendo en un período de tiempo muy específico y corto, como los siete días de un festival cuyo mandamiento característico es construir una caseta temporal que, por eso mismo, no dejaría nada permanente.
Sin embargo, las excavaciones en Jerusalén junto con fuentes históricas han revelado una imagen grandiosa de ese período de apogeo justo antes de que Jerusalén y su templo fueran destruidos a manos de los romanos en el año 70 de nuestra era.

"Cuando hablamos de una peregrinación, la expresión en hebreo literalmente indica ‘escalar con los pies’", dijo el Dr. Guy Stiebel, profesor titular en la Universidad de Tel Aviv, agregando que “la gente se tomaba un descanso de la vida cotidiana, dejaba sus casas e iba a Jerusalén, a donde ingresaban a través del área ubicada en el extremo sur de lo que hoy llamamos la Ciudad de David”, agregó.

Las excavaciones arqueológicas han revelado la puerta que cruzaban aquellos peregrinos.

"Se purificaban en el estanque de Siloé y luego subían directamente al Monte del Templo, a través de una calle escalonada que se creía que había sido construida en la época del rey Herodes", señaló Stiebel. 

“Ahora sabemos que el proyecto en realidad se llevó a cabo bajo el gobernador de Judea Poncio Pilato. A pesar de la mala reputación de Pilato a los ojos del cristianismo, él construyó algunos de los monumentos más impresionantes de Jerusalén", comentó el experto. 

 

Go Back

Comment