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Descubrimiento en la antigua Mesopotamia transforma historia de la agricultura temprana

Investigadores de la Universidad Rutgers han desenterrado la evidencia definitiva más antigua de mijo en el antiguo Irak, lo que desafía la comprensión actual de las prácticas agrícolas más antiguas de la humanidad, según un reciente estudio publicado en la revista Scientific Reports.

"En general, la presencia de mijo en el antiguo Irak durante este período de tiempo anterior desafía la narrativa aceptada del desarrollo agrícola en la región, así como nuestros modelos de cómo las sociedades antiguas se aprovisionaron", dijo Elise Laugier, arqueóloga ambiental y estudiante postdoctoral de la Fundación Nacional de Ciencias, además de miembro de la Escuela de Artes y Ciencias de la Universidad de Rutgers en New Brunswick, Canadá. 

El mijo “escoba” es un "cultivo de verano increíblemente robusto, de crecimiento rápido y versátil" que se domesticó por primera vez en el este de Asia, agregó Laugier. Los investigadores analizaron restos de plantas microscópicas (fitolitos) de Khani Masi, un sitio de mediados y finales del segundo milenio aec (1500-1100 aec) en la región del Kurdistán de Irak.

"La presencia de este cultivo de Asia oriental en el antiguo Irak destaca la naturaleza interconectada de Eurasia durante este tiempo, lo que contribuye a nuestro conocimiento de la globalización alimentaria temprana", dijo Laugier. 

"Nuestro descubrimiento del mijo y, por lo tanto, la evidencia de las prácticas de cultivo de verano también nos obliga a reconsiderar la capacidad y la resiliencia de los sistemas agrícolas que sustentaron y aprovisionaron a las primeras ciudades, estados e imperios de Mesopotamia", agregó.

El descubrimiento del mijo escoba en la antigua Mesopotamia fue sorprendente por razones ambientales e históricas. Hasta ahora, los investigadores pensaban que el mijo no se cultivaba en Irak hasta la construcción de sistemas de riego imperiales posteriores al primer milenio aec. El mijo generalmente requiere precipitaciones de verano para crecer, pero el suroeste de Asia tiene un clima de invierno húmedo y verano seco, y la producción agrícola se basa casi por completo en cultivos que crecen durante el invierno, como el trigo y la cebada.

Se cree que la producción agrícola fue la base para sustentar y aprovisionar ciudades, estados e imperios mesopotámicos. La nueva evidencia de los investigadores de que los cultivos y los alimentos se cultivaron, de hecho, en los meses de verano significa que los estudios anteriores probablemente subestimaron enormemente las capacidades y la resiliencia de las antiguas sociedades del sistema alimentario agrícola en ecosistemas semiáridos.

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